"Me haría vegetariano si no fuera porque soy algo parecido a una rata imbécil sin corazón y circunvalante." (Vicente Urquía)

La columna Durruti

Nota: más abajo, noticias sobre el CSO Absenta, importante informarse y aportar ideas a la resistencia. Asamblea el miércoles 17.

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El próximo jueves 18 de marzo a las 20:00 en el CSO Absenta:
Revolución y guerra civil en España. Contraimagen, 2006.



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El profundo proceso revolucionario abierto en España atrajo hacia su tierra a infinidad de personas de las más variadas características: militantes, intelectuales, periodistas, políticos, historiadores, y, por supuesto, también a intrigantes y aventureros. La mayoría traía un cliché determinado, y bajo él deseaban apreciar los sucesos de la Península, por lo que sin conocer la historia de nuestro país ni las razones por las cuales se había producido aquella guerra, lo juzgaban todo con aires de suficiencia, observando a los españoles como bichos raros. A ese prejuicio se agregaba el hecho de que el anarquismo, que iba de capa caída en el mundo, se mantuviera lozano en España. Y, en consecuencia, como del anarquismo se tenía un falso concepto, no se podía aceptar que en España pudiera jugar un papel predominante en la vida del país como fuerza organizadora. Además, por una coincidencia histórica, en España se iba a replantear el debate que iniciaron, setenta años atrás, Carlos Marx y Miguel Bakunin. Era lógico que los seguidores de Carlos Marx se entregaran por sectarismo y siguiendo las órdenes de Stalin a denigrar cuanto no fuese obra de ellos, particularmente si los realizadores eran anarquistas. En el aspecto concreto del frente de Aragón, con relación a la organización de las milicias, los elementos de obediencia estalinista o trotskista intentaron imprimir un carácter castrense a sus fuerzas milicianas, pero hubieron de renunciar ante la oposición de los propios milicianos, aunque éstos no fueran voluntarios. El POUM intentó codificar la vida de las milicias bajo reglamento castrense, y hubo de renunciar. Aragón, con sus cuatrocientas colectividades agrícolas y los dieciséis mil combatientes de la CNT-FAI, había cambiado la fisonomía de su territorio en lo tocante a las relaciones sociales, y ya era imposible volver atrás.

La estructura "militar" de las milicias no satisfacía a los visitantes extranjeros, que la juzgaban ineficaz y condenada al fracaso. Koltsov, corresponsal ruso del diario bolchevique Pravda de Moscú, que visitó el frente de Aragón a mediados de agosto, se burlará de este sistema de milicias proletarias de la misma manera que sus colegas burgueses. No obstante, escritores y otros hombres mejor preparados para la comprensión de los problemas que presentaba la Revolución, rindieron homenaje a esas fuerzas revolucionarias que habían hecho retroceder a las fuerzas armadas insurrectas.

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Barcelona.

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